Vistas de página la semana pasada

miércoles, 6 de abril de 2011

el milagro de la croqueta

Gracias a los encuentros que estoy manteniendo con el psicólogo de postadopción, estoy recordando detalles de la evolución de Hong, aprendiendo mucho y comprendiendo más...a parte de empatizando con mi hijo y su forma de ser...Hoy hemos hablado de cómo los niños con gran abandono emocional y sentimental llegan perder, incluso, sensibilidad en sus sentidos...se dejan llevar tanto, se abandonan ellos tanto que pierden esa sensibilidad característica de los más pequeños.

Recuerdo que mi hijo no reaccionaba...ni ante frio ni ante el calor...tampoco al dolor físico...

Puedo contaros el agradecimiento que le tengo a las croquetas muy calientes, de verdad...

Habían pasado ya bastantes meses...demasiados, llevábamos mucho tiempo comprobando que a Hong no le afectaba la comida muy caliente cuando entraba en su boca, tampoco la demasiado fría, no tenía ninguna sensibilidad en su paladar, lengua y resto de partes...Para que no se quemara o comiera todo frío, había que estar probando constantemente sus alimentos..pero un día...tenía tanta hambre que cogió él su croqueta, la mordió y, por fin!!!, se quemó y reaccionó, la expulsó inmediatamente y me miró con una carita de "me he hecho pupa"...Puede parecer cruel...ja,ja,ja...pero me sentí feliz...Fue la primera vez que mi hijo se daba cuenta de lo que era dañino para él...el calor abrasante en su boca, era malo y lo rechazaba...finalmente se dió cuenta...y todo gracias a una croqueta...benditas croquetas!!!
Benditas latas de cerveza bien frías que dan "pa trás"...!!! Benditas esquinas de las mesas...!!! Benditas pupas!!! y Benditas lágrimas!!!...que aquí estoy yo, mamá, para curar y pegar a lo que daña...

3 comentarios:

  1. Dios mío, se me has puesto los pelos de punta, mi hijo no se queja jamás si se vomita o se empapa de agua, puede estar tiritando de frío pero no sale ni un gemido, ni pide ayuda...
    y una vez mas me entran unas ganas horribles de ponerme a llorar...

    ResponderEliminar
  2. Mi hija al principio era dura como una piedra. Para quitarse la goma del pelo se daba un tirón y fuera... con la goma un mechon de cabello... y ni un ah¡. golpes tremendos, caidas y ni un ah¡... pero eso con el tiempo va cambiando. Y era tal el lio que tenía que no sabía poner nombre a lo relacionado con el malestar físico. Por ejmplo si se encontraba con ganas de vomitar... se liaba y decía tengo miedo. Ya vés que significativo el lapsus.
    Pero la cosa cambia. Muchas caricias, muchas cremita.. cuando empiezó a tener experiencia de emociones agradables, sensaciones placenteras se empieza tener conciencia de lo desagradable. No fue de un día para otro pero se logra.

    ResponderEliminar
  3. Mi hijo, (antes de serlo) pasaba temporadas con nosotros, y recuerdo especialmente que odiaba el cambio de pañal, se ponía histérico, no le gustaba que le tocaran, y yo, que soy muy de piel, me empeñaba en caricias y masajitos, hasta que al cabo de un tiempo, noté como empezaba a disfrutar del contacto.

    Ahora pide abrazos sin parar, en los buenos, pero sobre todo en los malos momentos, no quiere que le suelte. Yo percibo al bebé carente de amor en ese cuerpo de siete años.

    ResponderEliminar