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jueves, 5 de mayo de 2011

Ser empáticos con nuestros hijos, acudir y atender

Esta es ahora mi nueva lectura...un libro que me está descubriendo tantas cosas que intuía, pero que realmente no conocía con tal profundidad. Debería de ser un libro de cabecera de cualquier hombre o mujer que quieran ser madre y padre...y más aún para las familias hechas por medio de la adopción.
Algunas de las cosas que nos dice Sue...

"Si los padres están en contacto con los estados de ánimo del bebé y responden a ellas sin tardanza, y se restaura en él el sentimiento de bienestar, esta dinámica hace que los sentimientos pueden surgir y que el bebé se dé cuenta de ellos".

"Es esencial para el bebé el grado en que los progenitores o cuidadores están emocionalmente disponibles y presentes para el niño, en el sentido de darse cuenta de los mensajes que les envía y puedan, regular su estado emocional."

Y hay mucho más, se habla del nivel de estrés de los bebés, del cortisol (la hormona del estrés) que no debe manetenerse demasiado alto durante demasiado tiempo. En el caso de los bebés, siempre tiene que haber un adulto que ayude a calmar sus sentimientos y cubrir sus necesidades, para que su cortisol no se altere y llegue a niveles tan altos que, con su establecimiento constante en el tope de la resistencia, puedan dañar el cerebro y su parte emocional para siempre...o, al menos, hasta que alguien le ayude a bajar esos niveles, ese estrés, y ese sufrimiento...La cuestión es que el alto nivel de estrés influye en la personalidad futura del bebé.
La cuestión es que muchos de nuestros hijos del corazón, adoptados, llegan con un alto nivel de estrés...que debemos curar los padres y madres adoptados por ellos. En este libro se dan fórmulas de cómo hacerlo...de ahí su interés...

miércoles, 4 de mayo de 2011

Mecer

Unido a las nanas está el mecer...

En un artilugio similar a éste...se han forjado los lazos de amor más grandes que nunca he experimentado, con mis dos hijos. Mecer es otro de esos momentos íntimos que se regalan madre-hijo. Hablé de las nanas y...¿dónde mejor se puede cantar una nana, que en una mecedora?

Mecí a mi hija durante meses tras su llegada, y ahora, por fin!!, puedo hacerlo con mi hijo también...El ha estado dos años durmiendo en brazos de papi, que lo ha hecho deliciosamente bien, pero...ahora, de pronto ha sucedido que desde hace unos quince días, ha decidido dormir en los míos, mecido por esas nanas.
Está siendo una experiencia tan maravillosa como lo fue con mi mayor...
El cambio, para ambos está siendo espectacular...la unión se está haciendo indestructible...y la paz que siento dentro de mí no se puede medir...la ternura con la que me mira, me acaricia y se duerme mi hijo, me llena los huecos que aún estaban vacíos...y estoy volviendo a sentir todo lo que me regaló mi primera maternidad...
Tras tanta lucha y batalla, este momento que estamos viviendo, es capaz de endulzar todos los más amargos episodios que he tenido que vivir en los últimos dos años...Lo deseaba tanto y...por fin, ha llegado...