Vistas de página la semana pasada

miércoles, 16 de febrero de 2011

pudo ser mi hijo


He leído, algo que hago asiduamente, en el blog el Hilo de la Cometa, una entrada que me ha hecho reflexionar sobre un hecho sobre el que he reflexionado en soledad y en compañía, junto con mi pareja, mi madre, mi suegra...mi padre...conmigo misma...Las Etiquetas...tal y como dice Jone pueden marcar equivocadamente a muchos niños adoptables...Uno de ellos pudo ser mi hijo. Yo misma lo etiquté nada más llegar a casa...autista...así comenzó mi fase de etiquetado...todo apuntaba, según internet, a que Hong era autista perdido...con esa dolorosa idea iniciamos nuestro caminar como madre e hijo...una consideración que podríamos haber hecho en la mismísima China y que habría acabado con un hijo sin padres y unos padres que seguramente habrían vuelto a España sin poder dejar de pensar nunca más en aquél ser que fue su hijo por pocos días y que lo sería para siempre en su corazón, en la gran distancia que nos separa del gigante asíático, el resto de sus días...
Afortunadamente nada fue como cuento, maravillosamente para él y para nosotros que cada día tenemos el privilegio de verle sonreir, aprender, y crecer,  tan mimoso como es y con tantas ganas de que lo amemos...
La etiqueta desapareció cuando descubrimos su  auténtica discapacidad...otra etiqueta que he aprendido...a minimizar...a paliar y a asumir...por lo que he dejado de etiquetar...a mi hijo...pero nunca olvido que pudo ser él uno de estos niños nunca adoptables, y ahora podía no estar junto a su familia, porque alguien lo podía haber etiquetado de antemano en China...

1 comentario:

  1. Llevo 10 años trabajando con etiquetas, con chicos a los que antes de aprender su nombre ya te conoces la etiqueta con la que vienen, algunas leves y otras de un peso atroz. Repasas las listas y dices este es tal o el problema de este es cual... y así año tras año...
    pero cuando llegas a ser madre de un niño con etiqueta, en mi caso de dos niños con etiqueta comprendes en lo mas profundo del alma lo injusto que es tener que cargar toda la vida con la espectativa de los demás, que no esperan nada mas allá de la etiqueta que les acompaña.
    Y poco a poco mi vista intenta descubrir detrás de todos esos "pobres calificativos" las personas que hay intentado dejar de lado el prejuicio y las espectativas. Uf que difícil ver mas allá y que distinto sería si lo consiguiéramos.

    ResponderEliminar