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lunes, 9 de mayo de 2011

mamás enjuiciadas


Fue el viernes pasado...ibamos con Hong al teatro, con su escuela infantil y...yo, por ayudar la profe con mi hijo, creí que debía de hacerlo teniendo en cuenta que mi niño no mantiene la atención durante mucho rato, que aún no comprende todo, y contando con su gran movilidad, vamos! que no para!!...pues eso...me ofrecí a acompañar, como otras mamás...por echar una mano..."sin problema, al contrario, encantada"...dijo su seño...y la directora del centro...
Llegamos a la guarde a eso de las 10, se salía a las 10'20...en bus...Y me dice la directora, con la que ya he tenido algunas palabrillas desde el inicio de curso, es un poco...Rotenmeller???..sí, sí...algo así..."Pasa al aula que ya están preparados"...Abro la puerta, me ve mi hijo, se sorprende, comienza a sonreir y...viene a mí...perfecto! hasta ahí todo perfecto!!..."Nos vaaaamoooosss", dice la seño, y mi hijo opta por ir en brazos...Problema!!..."No, Hong, andando, vale???" repito y repito y repito, y él comienza a llorar cada vez más fuerte y con más rabia, saltos y brío..."Como tus amiguitos", repito, repito y repito...Comienza la rabieta, las lágrimas, se me cuelga a las piernas, no podemos andar, ya es inevitable y...las seños y la directora comienzan a poner caras de "como va con la madre"..."Si es que van peor con las madres, se portan mucho peor...""No lo cojas o estarás perdida"..."Ay...qué mimado que está este niño"..." Venga...Hong, andando como todos"..."no tenías que haber venido aquí, sino al teatro directamente"...Y yo...me quedo plas!!!! chafada..."qué me está usted diciendo, señora...que el niño y su rabieta es mío y sólo yo sé lo que estoy pasando...".


Así fuímos hasta la puerta del bus...y allí...tos, más lágrimas, más tos y vomitera...Yo muuuuy tranquila le limpio con toallitas (el gran invento del siglo), aunque por dentro estaba que me daba algo, entre el niño y las profes y la directora que era la que repetía lo de "ay, las madres...qué blandas...no pasa naaaa, porque llore"...lecciones y más lecciones, pero con mala leche...Le limpié, le abracé, lo besé...y subimos al bus...se cayó...y luego ya no hubo lloros ni vomiteras y fue andando todo el resto del camino...
¿Por qué la gente del sector "educación" se situa en el plano del más enterado, cuando una madre actúa? Yo no iba a coger a mi hijo en brazos, tengo experiencia en ello...pero ¿a qué vienen tantos juicios sumarísimos y tantos consejos sabios y tantas críticas a las mamás, encima que vamos a ayudar a las seños?...Un consejo lo acepto y mil si hace falta, pero sin machacar y criticar...

Comienza el teatro...uno llora, el otro corre, aunque la mayoría de los peques se queda quieta mirando o durmiendo o pensando en sus cosas, pero quietos...pasan 20 minutos y...Hong decide que ya no quiere atender más...se levanta, se va, se viene, detecta un artilugio que le mola y allá va!!!...enseguida acude otra profe, y me dice "qué malillo es...no se está quieto, eh!!!, debe ser un buen bicho, a ver si lo puedes coger y que se quede quieto" Un niño quieto con 3 años???? en un teatro para 6???? y con su comprensión en crecimiento????...Me dió ganas de decirle..."No señora, lo que le pasa a mi hijo es que es sordo, acaba de empezar a escuchar, nació con 14 meses, cuando llegó de su orfanato chino a su hogar, y luego volvió a nacer con 24 meses, cuando le implantamos la coclea y...le cuesta aún mucho atender a estímulos auditivos-visuales como éste, un teatro más bien para niños de 5 o 6 años"...Pero como a ella no le importa nada...sólo le dije "Pues...ellos hacen lo que pueden, son pequeños y los traemos a una obra para mayores"...

Descansé cuanto salimos y volvimos...hastiada de tantas palabras convencionales y juicios sin fundamento...a una madre...

domingo, 8 de mayo de 2011

chino, inglés, baile, natación, piano, equitación, dibujo, judo, canto, informática.........

Estaba esperando en la puerta de la academia a la que acude mi hija, de inglés, por decisión propia...y...llegó la mamá de otra niña que ha entrado con 3 años en la misma aula que mi niña, porque de más pequeños no hay...Comentaba lo que supone hoy día, a los padres, llevar a los hijos a las clases extraescolares...Horas de tarde, dando vueltas alrededor de la academia de inglés, de baile, o judo...horas de tarde, esperando en la valla que rodea la piscina cubierta, como pollos, con los pelos pegados y el sudor cayendo por el cuerpo...Horas de tarde, oliendo a mierda de caballo y soportando conversaciones con otros padres que nada tienen que ver contigo ni ellos ni sus ideas ni sus palabras...Horas de tarde, sentados en el coche...oyendo la radio o leyendo o mirando al sol...Horas de tarde perdidas...
Ella había apuntado, al inicio del curso, a su niña a baile e inglés...su hija con 3 añitos, (un bebé)...pero...aborreció el baile (normal) y tras semanas de llorar porque no quería ir, porque tenía sueño y se negaba a acudir a su clase...la quitó, con todo el dolor de su corazón...Ahora acude a inglés y de ahí no la quita aunque berree, porque ella pasó mucho con el inglés...siempre suspendiendo o aprobando por los pelos...Además, "con la competencia que hay hoy día, pues...no queda otra que, desde muy pequeños que sepan de todo y que tenga conocimientos amplios para luego poder ser algo", (es decir, subir al carro del estrés a los niños, esto lo añado yo con mi versión propia)...
Y me pregunto...¿qué hará esta niña cuando tenga 8 años...en sus horas libres, si es que tiene alguna a esas alturas de su compleja vida? Conozco a niñas que tienen dos y tres actividades algunos días de la semana...salen de chino y entran en inglés, salen de inglés y van a baile y llegan a casa y tienen que hacer deberes...y...¿cuándo juegan lo niños y descubren e imaginan, e investigan, y crecen por dentro, y logran sabiduría, de esa que no se aprende en el aula?....



Este es otro libro que reposa en mi mesita de noche o donde yo vaya...y en él hay ideas tan magníficas...qué equivocados estamos padres, educadores, orientadores...cuántos errores hay en esta sociedad que educa sin vivir...

"Veamos lo que ha sucedido con la educación. Los niños reciben cada vez más pronto clases particulares y hacen evaluaciones una y otra vez con el fin de que las notas sean más importantes que el aprendizaje en sí mismo.

En la actualidad, mires donde mires, el mensaje que recibimos es el mismo: la infancia es demasiado preciosa para dejársela a los niños, y los niños son demasiado preciosos para dejarlos solos.  Tal vez estemos formando a los niños más sanos, más brillantes y más felices que nunca antes hayamos visto. O tal vez no.

Son muchas las ventajas de crecer en un mundo desarrollado de principios del siglo XXI: los niños tienen menos probabilidades de padecer desnutrición, abandono, violencia o muerte que en ningún otro momento de la historia. Están rodeados de comodidades impensables hace una generación. Legiones de profesores, políticos y empresas utilizan todos sus esfuerzos para procurarles nuevas fórmulas de alimentación, educación, moda y entretenimiento. La ley internacional protege sus derechos. Son el centro del universo de sus padres.

Y aun así, algo sigue mal. Todo este control al milímetro, aunque bien intencionado, está fracasando. Los niños necesitan mucha orientación y un firme empujoncito de vez en cuando, pero cuando los adultos mandan, cuando cada situación es programada, supervisada o estructurada, hay que pagar un precio.


Hoy día, los niños están demasiado ocupados corriendo de un lado para otro con clases de violín o clases particulares de matemáticas para coger el universo en la palma de sus manos. Y esa flor silvestre parece que da un poco de miedo. ¿No será que tiene espinas o que el polen provoca reacción alérgica?

La realidad es que los niños necesitan tiempo y espacio para explorar el mundo por sí mismos: así es como aprenden a pensar, a imaginar y a tener relaciones; a tomar gusto por las cosas; a saber qué quieren ser en lugar de ser lo que nosotros queremos que sean. Cuando los adultos controlan al milímetro la infancia de los niños, éstos pierden todo lo que da satisfacción y sentido a la vida: pequeñas aventuras, disfrutar del sentimiento anárquico, viajes secretos, juegos, contratiempos, momentos de soledad e incluso de aburrimiento. Sus vidas se convierten en extrañamente sosas, sin logros personales y en cierta medida aburridas y artificiales. Pierden la libertad de ser ellos mismos, y lo saben. "Soy el gran proyecto de mis padres", dice Ana Placente, una niña de 13 años de Madrid. "Incluso cuando estoy a su lado, hablan de mí en tercera persona".

Y no olvidemos lo que toda esta presión produce también en los adultos: cuando el cuidado de los hijos se convierte en un cruce entre el desarrollo de un producto y un deporte de competición, la paternidad pierde su mágico sentido."




Mi retoño mayor, de 5 años y medio, me dá lecciones de este tipo, de lo fundamental que es dejar volar la imaginación, el ingenio y la creatividad de los niños...El otro día me dijo que quería una nintendo...yo, sorprendida, le dije que si ella creía que tenía edad para tener un aparatejo de esos tan complicados...y admitió que no...pero añadió...
"Ah, mamá, ya sé, se me ocurre una idea...me voy a hacer una con cartulina...vale???
Estuvo distraída dibujando, recortando y pegando...toda la tarde...y finalmente se hizo su nintendo personal con lapiz y todo...Una gran lección que corrobora lo que dice este escocés...con el que estoy totalmente de acuerdo...

Carl Honoré es un periodista canadiense, de 40 años, casado, con cuatro hijos, que actualmente es el líder de Slow, un movimiento mundial informal que busca terminar con la vida acelerada de las ciudades y erradicar la cultura "Fast".