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jueves, 10 de marzo de 2011

el ventilador

Hoy voy a contar la historia de la relación de mi hijo con los ventiladores...si...qué curioso, verdad?...un ventilador puede protagonizar parte de la vida de un niño...? Yo he descubierto que sí...y es que, un artilugio como éste, puede representar una etapa de la vida, en la que el miedo ha tenido el papel principal, el miedo y el dolor. Ya sabemos que el miedo es libre y más, cuando se asienta en un niño...entonces navega por donde quiere, si no hay un adulto que calme los temores, y los transforme en cosas reales y no fantasmas irracionales. Un adulto que calme el dolor y ofrezca consuelo y paz...


Mi  hijo le tenía pánico a los ventiladores de techo...¿raro?...o...en su caso, quizás, no tanto...En casa tenemos dos en dos estancias, y allí él era incapaz de entrar, sobre todo en la habitación en donde el ventilador es de esos que imitan a los coloniales, tan usados en las zonas surasiáticas para soportar el asfixiante calor y la tremenda humedad...así ha estado meses, sin entrar...se quedaba en la puerta mirando, con una carita de miedo, hacía pucheros, mirando desconfiado a ese maléfico artilugio que colgaba del techo...y que tanto lo asustaba.
Y es que el miedo se aposenta en los recuerdos y cuando se reviven situaciones que ya se ha vivido antes, se apodera de nosotros y nos paraliza. Los malos recuerdos: esta es la explicación que hemos buscado y hemos dado a esta reacción contraria de nuestro pequeño hacia un aparato, en principio, inofensivo.
Paralizado por un simple ventilador de techo, que para él no era un sencillo aparato que evita el calor, sino la esencia de su vida pasada. Junto a él, Hong habrá vivido dolorosos momentos y volverlo a ver, se los traía de nuevo a su presente vida. Hong seguramente habrá tenido muy presentes estos aparatos en su primera etapa vital..
Es habitual ver ventiladores de techo en los edificios de Asia, por ejemplo, en orfanatos en donde no se dispone de aire acondicionado, es decir, practicamente todos...Es habitual  para tantos niños pasar muchas horas en una cuna, mirando al techo, mirando a un ventilador que da vueltas sin parar; o habitual hacerlo quizás en un hospital chino con todas sus connotaciones añadidas por ejemplo, atado para que no te toques las heridas, tras una intervención quirúrgica...en donde la única imagen de la que puedes disfrutar es de unas aspas voladoras que te atrapan los sentidos. De esta manera imaginamos que quedaron atrapados los sentidos de mi hijo.

Me daba tanto dolor ver a un pequeño niño dominada su voluntad por un insignificante ventilador...pensamos en quitarlos, pero decidimos que no...

Nuestro esfuerzo ha sido normalizar la vida de nuestro hijo en convivencia también con lo que odia o le daba miedo...Han sido meses de acercarnos poquito a poquito, de acariciar al ventilador, de tocarlo, de jugar con él, de dar al botón de encendido y apagado, de entrar y salir de las dos habitaciones malditas...y tras muchos días de ver, tocar y comprobar y sobre todo, de cambiar los recuerdos y deshechar y olvidar solapando con risas y diversión...lo hemos conseguido...ahora a Hong le encanta encender, apagar, mirar, comprobar y reir a costa de un aparato que fue origen de sufrimiento y que ahora es germen de diversión y juego...un inerte...ventilador...

martes, 8 de marzo de 2011

el día que oí

Me gustaría que mi hijo tuviera memoria para que algún día me contara qué sintió el día que oyó por primera vez con 2 años recién cumplidos...si fue miedo, si fue raro, si le fue bastante indiferente o si le gustó...
Tal día como hoy, 8 de marzo, de 2010...Hong, tuvo su primera sensación sonora.
Eran las 10 de la mañana, nos encontrábamos en el hospital, en el despacho del informático, sí, porque la conexión al mundo sonoro y la activación de un implante lo hace un informático...Papá y mamá estábamos entre nerviosos y curiosos, sentíamos cierta preocupación por su reacción y por...¿qué ocurriría, cómo reaccionaría, qué haría?...Nos sentamos frente al chico, Hong en mis rodillas, sentadito, muy formal...cables por aquí, por allá, conexión al ordenador, dispuesta, conexión al implante de Hong, lista...Y..."ya...ya está recibiendo sonido", nos dijo Pablo...llegaba una nueva sensación a su cerebro, era la primera vez que oía, que era oyente...Se me salían los ojos mirando a mi hijo para analizar cualquier gesto, cualquier movimiento hasta de pestañas...de piel...
Observábamos y...vimos como Hong hizo un gesto  con la cara, indicativo de que algo estaba ocurriendo, algo nuevo y distinto, e inmediatamente dirigió su manita izquierda hacia su orejita oyente...Era una señal, oía!!! No cabía duda...mi hijo oía!!! Experimenté lo que es el milagro de la ciencia, de los que investigan y obtienen resultados tan mágicos como éste...que los sordos puedan escuchar y hablar, que no sean mudos, que se puedan incorporar a la vida plenamente...Ese día estuve tan agradecida a los que inventan, a los que estudian, a los que investigan cómo mejorar la vida de tantas personas en este mundo...el ser humano tan malvado, en ocasiones, se vuelve en éstas el más entregado a la humanidad.
"Qué oye?" Le preguntamos al informático...él nos dijo que oía pitos y ruidos, muchos ruidos...así se empieza a oir cuando uno es bebé...y eso es lo que era mi hijo en esos días un bebé de cero años auditivos.

Fue un día lleno de esperanzas, se abrieron las puertas de la nueva vida para Hong...y para nosotros.

lunes, 7 de marzo de 2011

Tres años





Hong cumple hoy tres años.
Tres años...tres pequeños años...tres grandes años...Menudos tres años!!.
Casi la mitad de ellos los pasó, aletargado...
El resto los ha pasado despertando y finalmente viviendo...intensamente!! como el resto de su familia.
Han sido los últimos años más intensos de mi vida. Todos, unidos, hemos logrado sacarlo y lanzarlo hacia la felicidad.
Las velas de su primer cumpleaños las sopló allí, en su pais de origen, sin nosotros. Logramos unas fotografías gracias a una chica que hace negocio a través de internet...no nos queda otra a los padres "adoptados", recurrimos por al boca a boca, a quien puede darnos información de nuestros hijos, ya que ecais siempre responden lo mismo ," nosabemosnada, lo sentimos"..."nohaymásfotos...lo sentimos"..."nonosdicennadamás...lo sentimos"...Le enviamos una tarta y un regalos...y le pedimos fotos de su primer cumple...
Logramos esas valiosas fotos que nos llegaron una semana santa, en martes, 5 fotos que nos dejaron nuestro espíritu por los suelos...qué tristes las miradas, qué soledad, qué vida oscura...eso fue lo que nos trasmitieron...Mi primer pensamiento fue; "tengo que sacarlo de allí, cuanto antes" y eso fue...dos meses despues...
Su segundo cumpleaños lo celebramos con el sabor agridulce de haber ido superando el gran bache de mi vida, pero con los sentimientos puestos en el día siguiente, Hong había sido operado hacía un mes de su oído, y al día siguiente, el 8 de marzo, le conectarían su implante...¿oiría?...con esa pregunta atragantada celebramos su segundo cumple...
Por eso este tercero...espero que sea el mejor, hasta la fecha...Hong escucha, vive feliz y es un niño listo y muy vivaracho, muy ágil y cariñoso a rabiar...espero que este tercer cumple sea el inicio de muchas celebraciones y de ningún lamento.
Tres años ya!! Si me hubiesen dicho lo que serían estos tres años de mi vida...no lo habría creído nunca...